Terror, dolor y grito. Trece relatos de terror.
Ha salido a la venta mi segundo libro de relatos de terror en formato ebook para Kindle y tapa blanda.
Esther Paredes se mueve como pez en el agua en el campo de batalla del terror. Terror del bueno, del que los amantes de las etiquetas llaman psicológico, ese terror que va calando poco a poco en tu médula espinal, como una gota de agua que cae del grifo a medianoche hasta inundar nuestros sueños. ¿Y cómo lo consigue? Creando personajes que, en realidad, son hackers de almas: desde su primera aparición nos piratean la nuestra, dejamos de ser nosotros para convertirnos en ellos, sufrimos con lo que sufren y nos olvidamos de respirar hasta que la pesadilla termina. Parece fácil, ¿verdad? Pues no intenten hacerlo en sus casas. Pep Bras, guionista y escritor.
En este libro encontrarás trece historias de terror con las que estremecerte, sobresaltarte y ponerte en la piel de los personajes: ¿gritarías?, ¿huirías o lucharías contra tus miedos hasta el final? Solo podrás saberlo a través de estos cuentos que te recordarán que los monstruos pueden vivir en la casa de al lado, que las relaciones amorosas pueden convertirnos en lo que más odiamos y que los padres no siempre quieren lo mejor para sus hijos. Después de la lectura, conocerás mejor tus temores y tus respuestas. En el género de terror, la luz solo se encuentra buscando en la oscuridad. Y si no es así, por lo menos habrás pasado un buen (o mejor, mal) rato.
Trece es un número con mala reputación, pero es inofensivo. Justo como este libro. En él encontraréis trece historias plagadas de temores cotidianos y reconocibles en los que, junto a los personajes, podréis sentir y reflexionar sobre lo difícil que es afrontar nuestros miedos más profundos. Huir o enfrentarnos, esas son las únicas opciones que se nos permiten y, depende de la elección, el final será uno u otro. Leer nos facilita las cosas: podemos ponernos en situación sin sufrir daños y, quizás, aprender un poco más sobre nosotros mismos.
El terror es el género literario que me ha acompañado desde siempre. Siendo pequeña, encontré en la biblioteca de mi casa libros de Poe, Lovecraft y Stephen King. Más tarde, descubrí por mi cuenta a Shirley Jackson o Richard Matheson entre otros y mi imaginería se ha nutrido de senderos sombríos, de monstruos demoníacos que surgen del suelo, de vecinos que se acaban volviendo asesinos en serie o de casas en las que habita un horror que se siente hambriento. Escribir relatos de terror surgió de una manera natural, pues se ha convertido en el filtro con el que analizo mi manera de ver al mundo y a mí misma.
Dentro de aquel lugar abominable no quedaba ni un ápice de vida. Álvaro irrumpió allí cargado con una buena maza y estranguló el mango dispuesto a derrumbar los muros que le habían arrancado la felicidad. Relajó la espalda y se preparó para ejecutar su venganza desplegando toda la furia que había acumulado. Unas semanas antes, el hallazgo fortuito de esa casa había desembocado en la pérdida de su esposa Sonia. Aunque si Álvaro era sincero consigo mismo, lo cierto era que la había perdido mucho tiempo antes y había sido culpa suya.
Así empieza el relato “No queda nada” que podrás encontrar en el libro.
